Emocional. La marca, sobre todo, es un territorio emocional. Efectivamente, la marca funciona así. O se conecta con las personas o no es. O las personas alcanzan una relación con la marca o está pierde su esencia. Las marcas más que ponerse delante, sobre todo, tienen que proponerse, presentarse, ofrecerse, dispensarse para, desde el contacto, ser elegidas. La marca es una propuesta, un universo de sensaciones, un sentimiento íntimo. La marca es una opción. La marca tiene que convertirse en preferida. Y, sin duda, la preferencia siempre comienza por convertir la relación en agradable, positiva, directa, personal. Las personas, la audiencia objetivo, los públicos de los que depende la existencia de la marca deben elegir estar con la marca. Un momento. Un instante. Unas horas. Las personas deben elegir la marca porque les resulta atractiva, alegre, divertida, cercana, amable, cálida.
Las reglas han cambiado. Para ser elegido hay que ser atractivo. La marca fundamenta su singularidad desde la emoción. Es esencial empezar a elaborar estrategias desde ángulos alternativos. No se trata de construir mensajes. No hay que centrase en las palabras. No hay que estructurar la comunicación desde la esquina del producto. Hay que elaborar estrategias sensacionales. Desde las sensaciones. Desde los cinco sentidos. Desde lo emocional.
Los caminos son distintos. El objetivo el mismo. Se trata de ser los elegidos. La marca no puede ir detrás de su audiencia. La audiencia debe elegir la marca. La clave está en los sentimientos, aunque algunos todavía se empeñen en poner por delante el impacto y la cobertura. Buena creatividad desde una excelente estrategia: emocionar desde la marca con el inestimable apoyo de una visión que involucre a las personas. Porque ahora las personas se convierten en el medio. Son el medio fundamental para propagar la sensación positiva de la marca. Son el altavoz del mensaje de la marca. Son la oportunidad más que el fin. Son el futuro de la marca.
Emocional. La marca, en busca de lo emocional. Hay que repensar las tácticas de encuentro con los consumidores. Hay que dedicar un tiempo para volver a la esencia. Hay que configurar la comunicación marca-audiencia, audiencia-marca desde otro ángulo. Hay que estar receptivo a replantearse las acciones de la marca. Sobre todo porque, no se alcanza la verdadera persuasión sin el consentimiento emocional de las personas. Así, toda marca debería poseer un valor emocional propio.
Porque en este camino, lo importante, no es establecer quién es el cliente, la clave es emocionarnos con el cliente. Las marcas conversan con las personas cuando salen a su encuentro. En espacios abiertos, cotidianos, usuales y conocidos. La marca tiene que salir y comprobar como la perciben. Si la marca no se ve, no se oye, no se toca, no se huele, no se saborea…no existe. Una marca sólo existe cuando se hace presente. Se comunica a través de los sentidos. Es emocional.
Fuente: Puromarketing
lunes, 16 de febrero de 2009
Marca: En busca de lo emocional del Field Marketing
Etiquetas:
Branding
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